19 de agosto de 2012

Sufrimiento en Silencio

Mucha gente no comprende el complejo universo que existe dentro de nuestras cabezas. Supernovas de sentimientos aprisionados dentro de una prisión de hueso y piel. Explosiones infinitas de ideas dentro de nuestros cerebros causando aquello que le llaman ideas, impulsos eléctricos que nos mantienen despiertos en esas noches donde más nos sentimos solos. Son esos momentos en los que nuestra sombra es nuestra única acompañante donde realmente nos damos cuenta quién realmente somos.

Fuera de nuestra propia burbuja es un juego completamente distinto. Una cara diferente para cada día de la semana, una máscara para cada persona que dice conocerte. Pueden saber tu nombre y de dónde vienes, pero realmente conocen tu vida? Aquella gente que sufre en lo más profundo de su corazón se ha convertido en maestros en el disfraz de sentimientos. 

Por naturaleza del ser humano, no permitimos que la gente perciba nuestros puntos débiles. No importa que tan cercanas sean estas personas tan solo negamos la oportunidad de bajar nuestras defensas para permitir que nos lastimen. El dolor que se encuentra dentro de nuestros corazones es suficiente como para abrirle el paso a centuriones armados para que destruyan lo poco que quedaba dentro de nuestro ser.

Vivimos sumergidos dentro de un festival de máscaras, donde a cada individuo le enseñamos una cara diferente pero nunca la original. Somos actores de nuestro propio teatro urbano donde la presentación es maravillosa pero a nadie se le permite entrar tras bambalinas. Si tan solo la gente supiera todo el caos que se encuentra detrás de esta hermosa obra, estarían tan aterrados que nunca más pondrían un pie cerca de este anfiteatro. Esa es la triste realidad. Muchas personas al conocer los agujeros negros en nuestros universos mentales tan solo prefieren hacerse a un lado antes de ser succionados en el vacío de nuestro frío sufrimiento.

En la gran mayoría de los casos una de las soluciones más efectivas tan solo es una mano amiga. A veces las palabras son opcionales, tan solo se necesita un abrazo y un hombro en donde llorar. Descargar todo ese dolor que se encuentra arraigado en lo más profundo de nuestro ser. Esa semilla que una vez fue plantada en nuestro pecho y fue creciendo hasta que no tuvo más lugar para crecer. Oprimiendo nuestro pecho con cada paso y alimentándose de nuestros pensamientos negativos. Destruyó cimientos para que sus raíces crecieran y su fruto es tan amargo pero tan adictivo a la vez.

Solo se necesita de una persona para poder despojarnos de todo ese dolor dentro de nosotros. Todas las personas sufrimos en silencio y cargamos nuestra cruz personal en nuestros hombros. Tan solo que no permitimos que los demás vean nuestra tortura y muchas veces sucumbimos ante nuestro dolor. Extiende tu mano y salva a esa persona de su sufrimiento personal antes de que sea muy tarde.

R.A.Pastor

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