11 de noviembre de 2013

Relato #1 Palabras Mudas

Las palabras no podían salir de la garganta. Atrapadas y encadenadas. Prisioneras de mis propios problemas mentales. Quiero poder decirlo pero ya es muy tarde. Mi boca se abre mientras te miro caminar en la dirección opuesta. Decirte que te amo pero ya ni siquiera estas ahí. Cuantas oportunidades desperdiciadas de relatarte lo que siento. Tal vez en el fondo ya lo sabías y por eso te fuiste.

R.A.Pastor

3 de noviembre de 2013

Ladrona

Ella no necesita un antifaz para ocultar su identidad. Sin requerir de un plan oculto para realizar sus fechorías. Mucho menos necesita de armas o utilizar la fuerza para lograr su cometido. Desde joven ella conoce que sus atributos son más que suficientes para robar unas cuantas miradas. La atención muchas veces no es suficiente para ella. A pesar de que usa su físico para llamar el interés de los hombres, no logra enamorarlos con su forma de ser.

Su cabello teñido y su ropa provocativa pueden surtir efecto durante la noche en un bar pero ella se levanta sola en las mañanas deseando tener a un hombre a su lado que la ame de verdad. Con envidia mira a sus amigas que a pesar de que no poseen su atractivo, tienen a un hombre que bajaría a la luna solo para demostrar lo que significa el amor de verdad. Ella conoce el amor por el ojo de los demás. Es testigo pero nunca la protagonista.

Un día se hartó de tanto sufrimiento y quiso tomar cartas en el asunto. Ella quería vivir el amor del que todos comentaban, vivir esas mariposas en el estómago y sentir los corazones en los ojos. Pero en el fondo ella desconfiaba de que sus poderes femeninos no lograran construir un amor desde los cimientos. Ella quería un amor ya existente, algo más sencillo y con menos complicaciones. 

Ella no necesita ocultar sus acciones, e inclusive hasta cierto punto las exhibe al mundo entero para contemplar sus reacciones. Ella es una ladrona de corazones, se inmiscuye dentro de las cabezas de los hombres débiles y se apodera de la situación sin importar a quién tenga que lastimar. Ella solo quiere lograr su cometido, ella solo quiere amor del que todos hablan sin importar que tenga que hurtarlo de alguien que antes llamaba su amiga. 

Es cierto, no se le puede catalogar de pecado querer ser la persona más codiciada del lugar solo por alimentar su vanidad. Pero traicionar a una persona y robarle un novio ya no es algo tan indefenso. La desesperación de un amor de verdad la cegó al punto de convertirse en aquella tercera persona que durante su adolescencia tanto aborreció. 

Quince minutos de fama y un pobre imbécil que dejó a la persona que decía que amaba por una rubia deslumbrante fue todo lo que le dejó este asalto. Dicen que el amor dura para siempre pero no he escuchado lo mismo sobre la atracción física. Cuánto tiempo durará el botín del asalto cuando pase la etapa del encanto y él conozca realmente quien se encuentra detrás de esta fachada de niña bonita.

R.A.Pastor