5 de mayo de 2015

Mujer de Catálogo

Triste es el pensamiento de los hombres, pretendiendo que todo lo que hacen las mujeres gira en torno a los mismos hombres. El mundo puede cambiar y evolucionar con el paso de los años, pero mientras exista un hombre machista, ese comportamiento se heredará como un gen defectuoso en nuestras futuras generaciones. 

Las mujeres no se visten para llamar la atención de los hombres y mucho menos pasan horas en el gimnasio haciendo ejercicio para buscar un marido que las pueda mantener. Bueno quizá una que otra, pero no miremos a la excepción sino a la regla. Toda mujer hace las cosas por placer y beneficio propio. Es una idea barbárica saber que en la mente de personas las mujeres aun poseen un rol estrictamente reproductivo, un útero que camina por la vida esperando que el hombre más fuerte y apto la preñe para continuar con la raza humana. 

Ahora más que nunca ellas quieren salir de ese catálogo, día tras día luchan no solo por tener una voz sino por ser escuchadas. Durante décadas cuantas opiniones revolucionarias fueron desechadas por el hecho de que no fue un hombre quien las emitía. Siempre fueron consideradas el sexo débil por las mismas personas que eran ignorantes de sus hazañas. Ellas han comprobado que el término sexo débil no existe, si tan solo la igualdad de géneros existiera probablemente las pequeñas guerras que tenemos en el diario vivir en nuestras calles desaparecerían y no habría hostigamiento ni abuso.

Pero si ponemos atención detalladamente, desde todos los sectores vemos como se objetiviza a la mujer. Medios de comunicación venden la idea de que cada mujer para ser bella necesita ser delgada, vestir ropa de diseñador y ser un poco tonta e ignorar la cruda realidad en la que vivimos. Desde la anorexia hasta llevar los libros sobre nuestras cabezas invitan a las niñas a convertirse en un producto de una sociedad machista y denigrante. La aceptación y el amor a su propio cuerpo son los principales enemigos de una industria que se alimenta de nuestra inseguridad. 

Queda prohibido amar tu cuerpo, aceptar que tu cuerpo es perfecto es un pecado. Quizá por tu propia genética nunca permitirá ser como las modelos esqueléticas, y eso está bien. Al final del día, son tus caderas lo que te hacen resaltar de toda la multitud, o tus rollitos sean la razón del por qué tu futuro esposo se enamoró de ti. Es hora de darle el poder a quién se lo merece, para que nos demuestren que no todo gira entorno a nuestras partes reproductivas y que si tan solo pensáramos menos en sexo y mas sobre satisfacción el mundo sería un lugar más placentero. 

R.A.Pastor

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