23 de diciembre de 2013

Luces de Invierno

Falta menos de una hora para que sea víspera de navidad. El cielo afuera está despejado dándole espacio a todas aquellas pequeñas estrellas para que reluzcan con su resplandor. La luna brilla imponiendo su presencia siendo la última luz del día, un recuerdo frío del mismo sol. Aquí en la tierra luces de diferentes tonos y colores inundan el horizonte, decoraciones navideñas en las fachadas de todas las casas. En todas las casas menos en una en especial, en mi propia casa.

La grandiosa época de navidad, la cual personifica los estadios de amor y unión familiar dentro de mis cuatro paredes no significan nada. Simplemente es una fecha insignificante más en el calendario. Esos días negros que uno desea dormir las completas veinticuatro horas y borrar completamente de la memoria. Eliminar todos aquellos momentos agrios del pasado que continúan acechando mi presente.

Espíritus de navidades pasadas que rondan mi cabeza proyectando todos aquellos momentos familiares fallidos. Todas aquellas navidades sin regalos que poder abrir debido a que nunca había dinero para comprar lo que uno más deseaba. Múltiples anos tener que mentirle a mi padre y a mí mismo diciendo que para estas fechas no quiero ningún regalo, sabiendo que en lo más profundo haría lo que fuera por conseguirlo pero a la vez era imposible para mi padre poder costear el monto. Prefería mentir con una sonrisa que ver a mi padre sufriendo por cumplir un capricho.

Recuerdos de un año en específico donde a pesar de que no había dinero para hacer regalos mi madre de la nada decide abandonar su familia y disfrutar de su propio dinero. Por casi un mes no supe nada sobre ella, dónde se encontraba o cuando iba a regresar. La única información que poseía era que se iba y que no podía asistir a la cena navideña que yo iba a preparar. Nada dice amor familiar como voy a escaparme de esta prisión y ustedes no tendrán ninguna información del todo.

Hablando de amor familiar, creo que vale la pena comentar sobre aquellos dos seres humanos que comparten mi sangre pero que a la misma vez han jurado que estoy muerto para ellos. Sillas vacías en el comedor que representan aquellos familiares que decidieron cortarme de su vida como si fuese una mala hierba. Dicen muchas veces que la sangre es más espesa que el agua, en este caso la sangre no tiene valor del todo.

Por estas y muchas más razones dentro de mi cabeza la navidad representa un tiempo de guerra, una batalla interminable buscando la paz por medios bélicos. Cada luz y cada villancico representan amargos recuerdos que provocan que mi alma sangre una gota a la vez. Tan solo deseo que esta época pase para poder seguir adelante con mi vida y poder enterrar esos recuerdos en mi memoria hasta que sea la hora para que la próxima navidad aparezca de nuevo con sus fantasmas y sus luces de invierno.

R.A.Pastor

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