6 de febrero de 2014

Reparar con Oro

Son los momentos como estos en los que me encuentro solo en mi cuarto mirando hacia el techo donde todas las memorias inundan mi cabeza formando un torbellino de remembranzas. Una mirada a ese pasado que me ha costado tanto superar. Historias de amor y odio que aun acechan mi corazón a pesar de que sucedieron hace mucho tiempo atrás. 

La luz del sol se inmiscuye entre las cortinas avisando que un nuevo día ha resurgido. Un cielo despejado y las aves silbando mientras vuelan libres por el aire. Hoy siento como que no deseo levantarme de mi cama y enfrentar la cotidianeidad de la realidad en la que vivo. No siento que tenga fuerzas para forzar una sonrisa donde no hay una. Entre más miro hacia el pasado más desvanece mi sonrisa y menos quiero levantarme de mi santuario.

Durante años he batallado contra mis propios demonios. Defectos de carácter e inseguridades que me acompañan cada paso del camino. Historias de corazones rotos y amargas experiencias que poco a poco han quebrantado mi alma en pedazos y han formado una densa pared entre el exterior y mi esencia. Protegiendo pedazos esparcidos por mi vida, como si estuviera armando un rompe cabezas tratando de unir los fragmentos a pesar de que las piezas no calcen más.

En el antiguo Japón, cuando las piezas de cerámica se rompían las maneras de unirlos eran con grapas en el exterior y los resultados no eran tan bellos como el original. Al ver el problema decidieron unir las partes rotas con una nueva técnica involucrando una mezcla de oro y adhesivos. Al final de la historia eran más buscados estos arreglos que las mismas piezas originales porque eran mucho más bellos aunque el diseño inicial no coincidiera.

Miro atrás en mi vida, muchas veces me lastimaron y me hirieron hasta el punto donde casi pierdo la esencia de mi ser. Admito que no ha sido un camino fácil y que en múltiples ocasiones he deseado rendirme. Poco a poco levanto los fragmentos de mi alma y la reparo lentamente, cada unión creada con oro haciendo que el producto final aunque diferente sea aun más bello que el original. 

Son momentos como hoy en los que mi memoria me traiciona y trae un torbellino de recuerdos pasados que crearon muchas heridas. Orgulloso de cada cicatriz que me hizo más fuerte y más resistente. Tal vez no sea el mismo de antes, pero cada experiencia me ayudó a crecer, madurar y convertirme en una mejor persona. Muchos fragmentos se rompieron durante el proceso pero ahora están juntos y unidos con oro haciendo el resultado más bello que antes.

R.A.Pastor

No hay comentarios:

Publicar un comentario