12 de enero de 2011

Verdaderos Colores Parte Dos

No es secreto para ninguno que no hay poder eterno y tempestad que dure cien anos. Uno de aquellos dichos que nos decian nuestras abuelas cuando eramos jovenes. En mi caso, por ejemplo, no lo entendi hasta que lo vivi en carne propia, y supongo que muchos de ustedes tambien lo llegaron a comprender por el camino dificil. Pero asi es la vida verdad? Si todo fuera tan facil, se perderia la emocion de jugar. Dicho sea de paso, creo que Mateo nunca entendio este dicho hasta que fue muy tarde. Conforme pasaron los anos, su pequeno cuerpo entro en una serie de cambios, metamorfosis podriamos llamarle. Tan solo crecio cuarenta centimetros en estatura, pero su peso llego casi al limite de triplicarse para cuando llego a los doce. Esto es normal. Muchos le llaman el estironazo, pasar de una pequena bolita de plastilina a un tipo de cilindro, tan solo con un simple movimiento de la palma de las manos como si fuera moldeado. Dentro de su cabeza el seguia siendo el joven ingenioso que podia conseguir todo con tan solo manipular los sentimientos de los otros. Pero su cuerpo ya no reflejaba aquello que su mente mostraba. El ya no era aquel nino bonito que con su ternura movia los corazones de los adultos. Sus razgos ya no eran tan definidos como antes, lastimosamente este proceso de cambio lo convirtio en uno mas del monton. Pero nadie tuvo la amabilidad de decirselo. Al parecer no recibio el memo sobre esta situacion. Creo que prefirieron ocultarle la verdad, con tal de mantener a alguien feliz todos somos capaces de mentir inclusive cuando eso nos rompe el corazon. Verdad? Sus padres vivieron alimentandole el ego durante anos, y de un momento a otro deciden decirle que ya todo cambio. En una epoca tan critica de la vida podria derrumbar toda percepcion del mundo que posee. Todos los padres son iguales. Felicidad de los hijos antes de la integridad. Mateo no solo desarrollo masa corporal donde no se creia posible, sino que tambien logro encontrar la fascinacion ante su talon de Aquiles. Ya no era suficiente manipular a los adultos para obtener dinero u objetos miscelaneos. Su ego de conquistador quiso mas, inclusive mucho mas de lo que podia soportar. Ahi es donde entra un nuevo personaje a nuestra historia. Querida Melissa. Pelo rubio y sonrisa como perlas. Se podia notar a millas de distancia que al igual que Mateo ella estaba acostumbrada a recibir lo que queria, y sus exigencias eran altas, tan solo lo mejor de lo mejor. Para su corta edad su cuerpo mostraba un desarrollo que ninguna otra nina mostraba a su edad. Al parecer ella era su contraparte femenina, tan solo que con mejor figura. Desde la primera vez que la vio, el sabia que tenia que hacer lo posible para que fuera su pareja. Una marca mas en su lista de logros. Estaba a punto de adentrarse en un juego fuera de su liga. Como tratar de ganar un maraton sin un pie. Los numeros no estaban de su lado pero el no sabia este dato crucial. Pasaron las primeras dos semanas y el aprendio a monitorear sus movimientos, calcular su comportamiento. Sabia que le gustaba comer, sus ademanes al conversar y por los lugares que frecuentaba cuando tenia una tarde libre. Cualquier persona podria considerar este comportamiento como extrano y hasta perturbador. El no. Era investigacion, queria tener la ventaja y conocer todo sobre ella. Pero por su forma de actuar el no seguia a una nina de su edad, sino al trofeo que queria conseguir. De la nada el supo como debia actuar. Era el momento de capturar lo que el queria. Simplemente un dia ella se encontraba tomando jugo sola en el columpio y el se acerco y empezo la conversacion que marcaria su vida. "Hola." el dijo.

R.A.Pastor

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