11 de enero de 2011

Verdaderos Colores Parte Uno

Una vez se escucho por los pasillos, de esas historias que viajan de boca en boca. Una historia que no solo entristece al escucharla sino que tambien duele al repetirla. Esa historia sobre un muchacho y su pobre historia del amor. Pobre Mateo, de tan solo pensarlo la tristeza sube hasta mis ojos. Desde que el tiene memoria su madre le dice que el es uno de los hombres mas bellos y hermosos que ha conocido, con ojos que inspiran felicidad y una sonrisa que emana confianza. No fue tan solo su mama, todos aquellos adultos que lo conocian tenian siempre algo bueno que decir sobre el, cumplidos sobre su fisico, elogios sobre su manera de interactuar, siempre un nino tan bien educado y cortes. Es un poco obvio recalcarlo, pero esta actitud se fue impregnando poco a poco, hasta el punto en que de tan pequena edad aprendio a responder estos cumplidos con un Ya lo se, en vez de un simple y humilde gracias. Mateo sabia que el era buen mozo, y sabia que con los mayores hay que tener cierta actitud para poder obtener lo que uno desea. Talvez mostrar una sonrisa a aquel pariente que tiene dinero, mover los parpados para hacer danzar a las pestanas para obtener algo gratis o tan solo fingir unas cuantas lagrimas para hacer que los ojos resplandescan y formar la mejor cara de chineado que el pudo fabricar tan solo para salir de algo impune. Todos conocemos un nino asi, y no podemos culparlo. Tan solo aprendio a hacer una de las tecnicas mas viejas en el libro, usar lo que uno tiene a favor para obtener el mundo. Muchos adultos no pueden manejar este truco y alguien que no ha vivido mas de una decada no solo lo perfecciono sino que le dio su firma. Es impresionante en mi opinion. Mostrar tanto intelecto en un recipiente tan diminuto. Su cuerpo de menos de un metro de alto poseia un potencial inexplicable, era un diamante en bruto. El lo sabia, y a su vez, lo ignoraba. Dentro de su cabeza todo sueno podia ser realidad. No era como cualquier otro nino, no sonaba sobre volar o destruir a los malos. Al parecer sus suenos no tenian esos matices de color que se presentan en los dibujos de los ninos, donde la piel es morada o el cabello color azul electrico. No habian locuras ni aventuras. Tan solo era como una cajita basica de crayolas, que son tan pequenas que pueden entrar en el bolsillo de la camisa de un ejecutivo. Tan solo doce colores, los mas sencillos pero los mas utiles. Si fueramos a continuar esta metafora diria que la crayola que mas duraba en esa pequena caja amarilla era la blanca. Talvez no por los motivos que ustedes piensen. No me refiero a que dentro de su mente no existia pureza ni bondad y que desde una corta edad el era malo. Al contrario. Su pureza y bondad era igual a todos de su edad. El era un nino comun y silvestre tan solo con un poco mas de ingenio y falta de humildad. La razon del porque digo esto, es que para Mateo era tonto usar un crayon del color blanco en un papel que es del mismo color, pensaba que era una perdida y que se podia utilizar en algo mejor. Al final, once crayones se gastaban pero el blanco quedaba intacto tan solo porque no tenia sentido usarlo. Este fue el inicio del fin. Desde tan pequeno y etiquetando todo sobre como se puede usar y que provecho puedo sacar de lo que tengo.

R.A.Pastor

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