1 de agosto de 2012

Mi Nombre es Andrés

Siempre he dicho que para poder juzgar a una persona se le debe de conocer lo suficiente como para obtener este derecho. La mayoría de ustedes no saben ni siquiera mi nombre completo, mucho menos pueden decir que me conocen lo suficiente. Saben por qué digo esto? Ni siquiera yo mismo me conozco tan bien como para poder justificar mis acciones. Lo más cortés sería embarcarnos juntos en este viaje dentro del mismo significado de mi existencia por más insignificante que pueda representarse en las estadísticas.

Nacido justo antes de la hora de la cena, un día de equinoccio de otoño. Me otorgaron el nombre de Andrés y con unas nalgadas me dieron la bienvenida a este mundo de fatalidades y caos por doquier. El destino me colocó en una familia relativamente aburrida y ordinaria con ciertos lapsos intermitentes de locura. Soy el fruto del apareamiento políticamente incorrecto entre los conocimientos científicos y la religión monoteísta. En ciertos casos soy muchas combinaciones aberrantes provenientes de enemigos naturales. En otros casos soy tan solo un dígito más dentro de una base de datos, común y corriente como cualquier otro individuo que habita este planeta.

Es cierto para definir lo que me separa de las demás personas hay que encontrar las diferencias en mi tan anormal personalidad. Pero que sucede si esas diferencias más bien son esas rarezas que comparto con otros individuos? Como diferenciar si aquello que te distingue se convierte en el factor en común? He ahí la encrucijada de la situación, tal vez lo que antes era común ahora es algo distinto. En fin, la subjetividad en la vida es ese condimento extra para evitar que entremos en la monotonía. Las diferencias son lo que hacen a nuestra existencia tan interesante.

Entre más uno piensa sobre quien realmente somos dentro de este espiral mágico llamado vida, menos realmente comprendemos de que estamos conformados. Técnicamente yo se que estamos compuestos por elementos en la tabla periódica y células mutadas de una manera tan aberrante que llega a sorprender. Pero alguna vez han sentido un alma en sus manos? Alguna vez han sentido con sus corazones? A esto es lo que quiero llegar, entre más te enfocas en el tema de quien eres, menos podrás llegar a encontrar la respuesta. Debido a que hay sin número de preguntas iguales y sin respuesta alguna.

Yo soy la multiplicación de lo que fueron los gametos de mis padres. En un plano mucho más filosófico, soy la recolección de todas aquellas experiencias de mi pasado. Soy una persona tratando de vivir en el presente. Soy un canvas en blanco para el futuro incierto que me espera. Mi nombre es Andrés y no tengo la más mínima idea de quién realmente soy. La diferencia con otros mortales que rondan este ámbito es que la búsqueda de esta respuesta no es definitiva para mi futuro. Independientemente de quién haya sido, o en el mejor de los casos, quién realmente soy no define mi potencial para llegar a ser o no ser. Me entienden? Yo tampoco me entiendo pero soy feliz en el proceso y creo que eso es todo lo que importa.

R.A.Pastor

1 comentario: