5 de abril de 2012

Retrógrado

Tal vez muchos de ustedes no habían nacido en ese momento, yo sé que yo tampoco, pero fue un momento que cambió la historia y la revolucionó completamente. No, no hablo sobre la invención del papel higiénico súper suave que no te maltrata el culo. Hablo sobre el momento en que se aprobaron las leyes para la igualdad entre hombres y mujeres. El momento donde se dejó de objetivizar a la mujer para darle el lugar que se merecía como ser vivo, una posición de igualdad con el hombre en todo sentido.

Los siglos de opresión y maltrato que sufrieron las mujeres con tal de conseguir lo que tanto anhelaban. Que tanto se tuvo que luchar por la igualdad. Pero por más cruda que sea la idea, la igualdad no es algo con lo que se nace, es algo que se consigue peleando hasta morir. Muchas veces el machismo que se encuentra profundamente arraigado en la forma de ser, de tanto hombres como mujeres durante tantas generaciones, es el principal obstáculo para muchos.

El machismo no es más que una infección que lo que hace es amputar las piernas de nuestra sociedad para imposibilitarle seguir adelante. Esta sociedad está estancada por los ideales retrógrados de personas con formas de pensar de hace siglos atrás. Personas que piensan que el lugar de una mujer se encuentra en la cocina atendiendo hijos y su vida debe girar en torno a su esposo. Que los de etnia negra no se deben casar con los blancos, y solo sirven para labores que nadie más desea realizar. Que los extranjeros que llegan al país deberían hacer algo por el país en vez de ser una plaga. Que los homosexuales son una aberración de la naturaleza y que no deberían de casarse ya que hasta el mismo creador los odia.

Estos son los mismos idiotas que no le permiten a muchos de mis mejores amigos homosexuales tener los mismos derechos a los heterosexuales. Aunque una pareja estable homosexual se ame y esté comprometida a pasar el resto de sus vidas juntas, personas con pensamientos herméticos y cavernícolas no se los permiten. Contradictoriamente si dejan casarse a aquella pareja donde el hombre es un abusador y alcohólico, que cada noche borracho le pega a su esposa hasta que ella se desmaya por los golpes o el dolor y abusar sexualmente de sus hijos. Se les permite casarse a aquellos extraños que no tienen ni cinco minutos de conocidos en Las Vegas, que lo más probable es que se divorcien en unos días, pero aquella pareja de mujeres que tienen casi una década de estar juntas no pueden.

Las generaciones anteriores fueron criadas con estos ideales de discriminación y odio, pero en nuestras manos se encuentra el cambio para un mejor futuro. Un futuro donde las personas si sean consideradas como iguales y la única diferencia entre cada uno sea su número de identificación. Por favor, y esto se los pido no como un escritor cualquiera en un blog, se los pido como un ser humano que valora a las personas como seres humanos, no sigan adelante con esta cadena de odio. No dejemos que este pensamiento retrógrado se convierta en una moda o mucho menos en el legado hacia las futuras generaciones.

R.A.Pastor

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