12 de enero de 2013

Tentación de Piel

En tu piel sientes esa mezcla entre escalofríos y cosquillas acariciándote avisando que ya es el momento de pecar. Una a una cada terminación nerviosa se va despertando erizando los folículos conforme asciende su trayecto. Los latidos se perciben cada vez más fuertes en el pecho mientras las palpitaciones se convierten cada vez más frecuentes. La impaciencia inunda tu mente, lo único que quieres es satisfacer tu hambre.

Tu cabeza empieza a dar vueltas recordando todas aquellas lujuriosas situaciones en la cual te has envuelto. Tu respiración se ha convertido en más profunda tratando de buscar aire para calmar los sentimientos pero sabes que eso no ayuda y lo único que hace es conectarte con lo que pide tu piel. Deseas aquellos labios sobre los tuyos, mordisqueando los lóbulos de tus orejas mientras susurrando te dice lo que te quiere hacer.

Sus uñas dibujando un mapa sobre tu espalda mientras pasan tratando de hacer que aquella sangre ferviente salga a la superficie. Los círculos en tu piel con marcas de dientes se multiplican mientras esa persona hace que agarres su ropa y la rompas en un acto de pasión desenfrenada. Sentir el pecho desnudo contra tu pecho, aquel calor que irradia su piel, ambos corazones compitiendo por cual late más rápido se conocen. Simplemente llegas a un punto donde no hay retorno y te entregas a la lujuria y a la tentación.

Quieres ser parte de ese juego de poder entre dos seres vivos que lo único que buscan es entregar y recibir la mayor cantidad de placer posible. Un juego donde no se trata sobre quién gana y quién pierde, sino de cuál es la persona que logra establecer las reglas del juego. Ambos ganan y ninguno pierde. Satisfacer aquel pecado que nubla tus ojos y caer en la tentación a tu propia manera.

R.A.Pastor

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