25 de agosto de 2013

25/8

Que rápido pasa el tiempo doce lunas se fueron volando. Hace un año mi vida era completamente distinta, mi sonrisa no cabía en mi cara. Estaba con la persona que más amaba y todo estaba calzando en su lugar. Los meses han pasado y las cosas han cambiado. No solo perdí a la mujer que amaba sino que fue mi culpa.

Yo la alejé tres veces de mi vida, cada una peor que la anterior. Los tres mayores errores en toda mi vida y si tuviera la oportunidad haría lo que fuera para no cometerlos. El primero fue dejarla ir, en el momento me sentía tan débil y roto por otras situaciones que terminaron quitándome la fuerza para seguir peleando por lo único bueno en mi vida. Fui un estúpido y debí pelear en vez de echarme a morir.

La segunda vez fue aún peor, nos seguíamos amando pero tenía mucho miedo de lastimarla más y la alejé de mi vida. No me percaté que el amor era más fuerte que el miedo de hacerla miserable y terminé perdiendo no solo al amor de mi vida sino a la persona que más me conoce en este mundo y que a pesar de todas mis fallas me aceptó con amor.

La última vez que la alejé fue la que más me dolió. Fue cuando supe que ella ya no me amaba y siguió adelante con su vida. Es cierto todo ciclo debe de terminar y este fue el último clavo del ataúd. Ella decidió volver a ser feliz y la verdad no la culpo, yo también busco lo mismo, tan solo me gustaría que fuera a mi lado y no con alguien más.

Muy dentro de mí tengo en claro que ella jamás va a conocer a alguien como yo. Quizá eso es algo bueno, no quiero que ella sufra por alguien que está herido y roto en pedazos. Ella se merece a alguien mejor, o tal vez yo no me merezco a alguien como ella, o quizá un poco de ambos. Ella necesita un hombre de verdad no un niño lastimado y emocionalmente inválido.

Una vez me dijeron que yo era como un lobo lastimado mordiendo aquella mano que me ofrece ayuda. Creo que por eso la perdí, siempre estuve a la defensiva y estaba tan roto que no le permití que me ayudara a sanar. Ella me extendió la mano sabiendo que tan mal estaba y por miedo a salir lastimado la lastimé más a ella. 

Un año ha pasado y muchas cosas han cambiado. Es cierto la perdí y tal vez para siempre pero ella me enseñó el verdadero amor aun cuando no lo merecía. Este infierno sin ella me abrió los ojos y supe cuanto tenía que cambiar y crecer. Aunque ella ya no esté en mi vida será mi inspiración para convertirme en el mejor hombre posible. Como dicen, después de la destrucción solo hay posibilidad para construir algo más fuerte.

R.A.Pastor

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