26 de mayo de 2012

Loner

Desde pequeño he tenido problemas para socializar con otras personas, ya sean de mi misma edad o no. Siempre he preferido la relación creada por mi mente con un objeto inanimado que entiende completamente como me siento y no me va a criticar o abandonar cuando me conozca más. He aquí el primordio de mis deficiencias ante cualquier interacción humana. Se encuentra casi en relación simbiótica alimentándose del temor que me genera estar solo en este mundo y no tener en quien confiar.

Ese primer paso para la interacción con un desconocido me es atemorizante y actúo dentro de mi cabeza cada situación posible y elijo la más apropiada para no terminar siendo lastimado. Aunque la mayoría de veces nunca sucede lo que pensaba que fuese a suceder, igual todos mis niveles de inteligencia buscan mecanismos de defensa para evitar ese rechazo que acecha mis recuerdos más profundos.

Mis amplios mecanismos de auto defensa que han sido perfeccionados con el pasar de las estaciones son la principal traba para seguir adelante. Desde mi propio núcleo familiar he comprendido que entre más una persona te conozca más aperturas tiene para lastimarte. Las personas que yo he considerado cercanas y he llegado a confiar mis secretos más grandes tarde o temprano utilizan esa información en mi contra.

Simplemente han sido experiencias en mi vida que han roto lo que soy, fragmentando mi ser en pedazos. Las cicatrices tan solo son recuerdos de todas las veces que estuve solo. Por algo una noche con luna de cuernos, en un sábado por la noche estoy solo en la oscuridad dentro de mi mente que estar rodeado de desconocidos que no saben el caos que existe dentro de mi mente.

R.A.Pastor

No hay comentarios:

Publicar un comentario