He aquí a esa mujer que con un exterior recio y firme tan solo disfruta de su cigarro en la comodidad de su hogar. Lentamente conforme su tabaco se va consumiendo por el fuego ella se encuentra en silencio con respecto a su ambiente. Dentro de su cabeza todo es completamente distinto. Sus ojos completamente fijados en un punto invisible en el cielo, muchas personas tan solo dirían que ella está consumida por el momento etéreo. Su mirada ofrece más que tan solo encontrarse perdida en el espacio, la profundidad de su mirada dice mucho más de lo que se puede expresar.
En el exterior, las personas tan solo logran percibir a una mujer fuerte. Pero no de esas personas que lo demuestran por su valentía ni sus actos heroicos. Ella es fuerte como una fortaleza de un gran imperio. Su exterior es conformado de una coraza de hierro para impedir esos ataques que tanto debilitan su ser. Las experiencias pasadas le han ensenado que la vida no es fácil mucho menos divertida. Muy dentro de su ser ella entiende que la realidad no es ningún juego infantil. Al contrario de eso, la vida es tan solo para aquellos que no solo logran sobrevivir las bolas curvas que se les lanzan sino para esos suficientemente inteligentes para prever un ataque y anticiparse.
Sus defensas son grandes comparadas a otras personas. Nadie tiene una idea de todo lo que ella ha vivido, mucho menos del sufrimiento que la misma vida le ha causado. Ella es fuerte porque ha logrado mantenerse a flote ante todas las adversidades. Las etiquetas de las personas de afuera no importan para su percepción de sí misma. Ella tiene una fuerte convicción sobre quién es y que desea de la misma vida. A ella no le importa lo que digan a pesar de no conocerla. Tan solo ayudan a colocar otro ladrillo en esa fortaleza que los extraños no comprenden.
R.A.Pastor
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