4 de septiembre de 2011

Prohibido Rascarse

Cuantas veces debemos pelear con la tentación que habita dentro de nuestro propio cuerpo. Combatir ese instinto animal que sube por toda mi piel tratando de desgarrar la paciencia que queda. Más que una adicción es una necesidad que retuerce mi carne hasta el punto de la duda. No sé si seré capaz de aguantar este tipo de agonía.

Siento como si fuera un niño con ronchas por toda mi piel, esa urgencia que nace desde lo más profundo de mi alma. Caer en esa tentación mundana y autodestructiva, rascar mi cuerpo hasta que con mis dedos cause que esta sangre. Sin importar el daño que me cause lo único que deseo es calmar esta necesidad tan triste y desesperante. 

El placer que causa en el momento no se compara a las terribles consecuencias de la falta de cuidado. Soy un ser masoquista y estoy consciente de esto hasta en las fibras más profundas de mi patética moral. Seré capaz de aguantar la necesidad de arrancar mi piel en rebanadas con tal de lograr un estado de fortaleza superior o lograré ser igual que todas las veces y recaer en lo profundo de aquel pozo sin luz al sucumbir a esta desesperación.

R.A.Pastor

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