11 de agosto de 2011

Círculo Completo

La lealtad es una palabra muy cercana a mi corazón, desde pequeño me criaron con un concepto de honor, lealtad y caballerosidad profundos. Vivir la vida conforme a estos tres principios, lo más importante que puede tener un hombre es su palabra y en el momento que esta se convierta en una burla lo mismo será de esa persona. Cumplir sus promesas y ser fiel y verdadero con las personas. Así fue como me criaron y bajo esas normas rige mi vida.

Con eso dicho puedo proseguir con mi historia, un poco personal para mí gusto pero es mi verdad y mi historia. Desde que tengo memoria siempre he sido el chico tímido y retraído al que le cuesta formar amistades fácilmente. Siempre he tenido dificultad de iniciar conversaciones con personas desconocidas, más si es una persona que me interesa hablarle. Tengo problemas, me trabo al hablar y me pongo muy incómodo.

Creo que por mecanismo de sobrevivencia y evolución desarrollé una manera para formar amigos. Poco a poco voy integrándome a un grupo de personas, al principio tan solo es un acto de presencia. Mis labios permanecen cerrados mientras escucho a este círculo de amigos, en cierto modo analizo sus conductas y lo único que hago es conocer a estas personas. A veces uno en vez de hablar lo único que necesita es ser escuchado, que alguien te tome en cuenta y te dé la atención que necesitas. Si quisiera hablar por hablar lo haría solo y en mi cuarto, pero aquí no hay nadie que me escuche.

Poco a poco me gano su confianza, y me aceptan como parte del grupo. Pero se siente como una aceptación forzada, puedo ser parte del círculo pero jamás seré un amigo más. Esa era mi cruda verdad, me convertí en un ciego necesitado de cariño y aceptación. Pensaba que ellos eran mis amigos y era capaz de defenderlos a capa y espada porque así me enseñaron a vivir con lealtad. La verdad era diferente, nunca fui aceptado completamente, nunca fui un amigo de verdad.

Lastimosamente uno puede ver la realidad hasta que le patea el culo tan fuerte que te quita la venda de los ojos. Cuando surge un problema o una separación de rumbos ellos son los primeros en informar que no eres realmente parte de ellos. En otras palabras, reafirman su lealtad hacia las personas que realmente quieren. Usan frases como ellos son mis amigos desde antes de que usted llegara o usted es el nuevo mientras que a ellos los conozco por más tiempo. Siempre es la misma mierda solo que con diferentes palabras.

Son los momentos críticos los cuales sacan a relucir la verdadera lealtad de una persona. Los momentos que te colocan entre la espada y la pared son los que fuerzan a una persona a ser honestas. Nunca he sido parte del círculo y probablemente nunca lo seré parte de este. Enseña tus verdaderos colores y dame a entender que yo no soy la primera opción.

R.A.Pastor

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