11 de agosto de 2011

Doce Campanadas

La vieja campana de la iglesia del pueblo anuncia con su sonido el comienzo de un nuevo día. La medianoche ha llegado, sus doce campanadas son el sonido del heraldo. En este momento tan solo ignoras el frío y lo único que deseas es salir al balcón y disfrutar de esta noche pintoresca. El aire fresco de la noche sopla tu cabello, refrescando tu rostro. Las estrellas en el firmamento te saludan con su brillo y te hipnotizan con su belleza. La luna se encuentra escondida entre sus fases jugando de misteriosa una vez al mes.

Estos son los momentos de la vida que te hacen meditar. El baile perplejo de las estrellas libera tu mente de los pensamientos mundanos y eleva tu espíritu a un plano mayor. El sonido de la ciudad durmiente y calmada, el susurro de los árboles abrazando el aire. Se mezclan en lo profundo de tus oídos con el palpitar de tu corazón y la respiración constante. Creando así una sinfonía natural que relaja tu mente perturbada.

Vivimos una vida tan apurada llena de preocupaciones y costumbres monótonas, que no nos damos un tiempo a nosotros mismos para escapar de esta realidad. Vivimos esclavos del reloj y nunca disfrutamos de las maravillas de este mundo ignorado. Nada cuesta tomar cinco minutos para contemplar todas las bellezas que nos estamos perdiendo.

R.A.Pastor

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