12 de julio de 2011

Alas de Cera

Un día hablando con una amiga salió el tema sobre mi triste y melancólica alma. Aquella que no dejo salir debido a mi miedo. La tengo atada contra las paredes de un castillo. En el momento dije que era debido al miedo a las alturas, pero en el fondo de mi corazón se que no le temo a la altura en sí sino al golpe de la caída.

Mi alma pide escaparse, salir y planear por los aires como un pájaro. No nací para volar mucho menos para surcar los vientos y abrazar a las nubes. Alas no poseo para andar libre. En ese mismo instante pensé en el mito de Ícaro y sus alas de cera.

El forjó alas con plumas de gaviotas y cera para lograr escapar de la torre donde se encontraba preso junto a su padre. El problema es que el quiso ir cada vez mas alto y ser parte del cielo donde habitaban las aves. El calor del sol derritió la cera de sus alas impidiendo que pudiera volar. Lo que concluyó con una estrepitosa caída libre hacia el mar dirigiendo a Ícaro a su muerte bajo el mar.

En lo personal soy muy extremista, y al igual que Ícaro no me puedo conformar con tan sólo volar bajo como los demás. Tengo un impulso desde lo más profundo de mi ser que desea llegar a límites donde nunca antes alguien había llegado. Me convierto en un demente y no pienso en los riesgos. Quiero volar pero no quiero estrellarme.

R.A.Pastor

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