22 de julio de 2011

Último Adiós.

Amarga noticia salida de la boca de un hombre en bata blanca. Es la tercera vez en mi vida que me dicen esto y cada vez es peor. Pensé que ya había superado toda esta tragedia. Creo que acabé todos mis recursos de favores divinos y deseos a estrellas fugaces. No puede ser posible que mi propio me esté haciendo esto por tercera vez.

Cómo podré decirle esto a mis dos hijos? Su madre podría morir en menos de un año y dejarlos para siempre. Todavía no son adultos, aún les falta mucho que conocer del mundo. No podré verlos crecer y formar una familia. No estaré en sus bodas ni en el bautizo de mis nietos. Cómo los afectará mi muerte en sus frágiles vidas? Miles de preguntas corren a mi mente y son tan pocas las respuestas que puedo ofrecer.

Desde el momento en que miras a la muerte a los ojos y sientes ese frío retador empiezas a admirar la vida de manera diferente. Comienzas a sentir que el tiempo se acaba, y que no es suficiente. Instantes que antes uno tenía el lujo de gastar ahora son invaluables. Debo aprovechar estos minutos antes de decir adiós.

Antes deseaba que el tiempo pasara rápido para poder evitar momentos desagradables, ahora quiero lo contrario. Quiero que el tiempo se congele y todos los relojes se queden quietos para siempre. Quiero pasar tiempo con mis hijos hasta que mis ojos se cierren para no abrirlos más.

-Esta entrada toca muy en el fondo de mi corazón debido a la cercanía que posee esta historia a mi núcleo familiar. Una prima de mi madre que ha sido siempre una allegada a la familia fue diagnosticada con cáncer por tercera vez, tan solo que ahora es cáncer de colon con metástasis en útero. Desde el fondo de mi corazón le deseo lo mejor a ella y a su familia.

R.A.Pastor

No hay comentarios:

Publicar un comentario