13 de julio de 2011

Odio a los bebés

Nunca he sido un hombre que se derrite por un bebé. No me parecen lindos ni cosi mucho menos algún adjetivo meloso. La verdad es que no me provocan ningún sentimiento en especial. Para mi tan solo son una bolsita diminuta sosteniendo órganos.

Si es cierto puedo sonar insensible e inclusive tener tendencias como de ogro, pero por más cruel que suene es la verdad. Nunca me han llamado la atención, mucho menos mover fibras dentro de mi ser para conmoverme. Por mucho tiempo me han considerado un descorazonado y una persona desalmada y déspota. Posiblemente estén en lo correcto. Los bebés ajenos no son más que otro organismo pluricelular ante mis ojos. Nada más ni nada menos.

Una vez conversando con mi padre comenté sobre esto y me dijo que él era igual. De la misma manera en que yo pensaba el también una vez lo pensó. Odiaba los bebés hasta que me tuvo a mí. Dice que todos aquellos sentimientos que se encontraban ausentes dentro de él despertaron y nada fue igual. El amor brotaba por todos sus poros por aquel bebé que sostenía en sus brazos.

Tengo la leve esperanza que mi caso sea igual. Mi mayor sueño es tener un hijo y poder criarlo como se debe. Como podría nutrir intelectualmente a una criatura si no puedo evocar ese amor de padre, ese instinto que todos en teoría poseemos dentro de nosotros. Ojalá que logre amar a mi hijo cuando nazca.

R.A.Pastor

No hay comentarios:

Publicar un comentario