6 de julio de 2011

Tarde Liberiana

Era la hora del café, ya en el ambiente se podía apreciar el aroma de la bebida recién chorreada. Las familias se reúnen a hablar sobre lo que sucede en sus vidas mientras untan mantequilla en un pan caliente recién horneado. La calidez del momento se siente en el núcleo familiar.

Una tarde con sol, el calor no era tan intenso para sofocar a las personas pero era suficientemente fuerte para que causar felicidad. Era un momento único ya que mientras el sol irradiaba pequeñas nubes rodeaban el cielo y dejaban caer diminutas gotas de lluvia. Cada gota tomaba un poco de la luz causada por el astro y formaba un efecto de prisma. Momento etéreo y surrealista.

Mientras miraba por la ventana a este fenómeno impresionante tomaba sorbos de café. Calentaba mis entrañas como si un fuego brotara desde mi corazón e irradiaba hacia el resto de mi pecho. El tiempo se detuvo por lapsos. Todo lo demás perdía significado en esta vida, tan sólo me sentía ligero como si fuera parte de este equilibrio natural.

Una tarde liberiana invadiendo mi ciudad, alegrando la vida de todos aquellos pobres citadinos que viven entre maldiciones. La belleza opacaba las injusticias creadas por el hombre, le devolvía el trono a la Madre Tierra. Una tarde para nunca olvidar. Una tarde para conservar para siempre dentro de nuestras almas.

R.A.Pastor

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