29 de mayo de 2011

La Oscuridad

Tres de la tarde y la electricidad decide volver a su casa para enfiestarse desde temprano un viernes por la tarde. Tan sólo quedamos ella y yo. La orquestra de metal natural se encuentra tocando toda superficie posible para reinventar su sonido. Allí estamos abrazados en silencio escuchando los truenos estremecer con fuerza el aire húmedo a nuestro alrededor. No hacen falta las palabras, mucho menos los gestos. Nuestros dedos se encuentran entretejidos buscando el calor mutuo que nos acoge.

Tan sólo ver sus ojos verdes me transporta a una dimensión paralela donde nos encontramos en una burbuja. Sólo somos ella y yo, y el exterior deja de existir. Mi pasado se torna inconsciente y mi futuro se coloca en pausa. Lo único que existe es el presente, junto a la persona que más quiero. Sentir su respiración mezclándose con la mía mientras habitamos en ese secreto inaudible.

El tiempo injustamente pasa más rápido que de costumbre cuando estoy con ella. Cuando nos dimos cuenta era el atardecer y poco a poco aquella casa sin luz se tornó en un santuario a oscuras donde los sentimientos se encontraban a flor de piel. Tantos sentimientos encontrados, emociones que se encontraban en lo más profundo de nuestro ser y ahora renacen por la simplicidad de una noche sin luz.

Casi no podía ver alrededor mío por la opacidad en el ambiente, pero sujetando su mano podía ver claramente como si una venda fuera removida de mi corazón. Encontré sentimientos que pensé perdí para siempre. Ahora cada tarde sin luz me recordará a esos momentos mágicos entre ella y yo.

R.A.Pastor

No hay comentarios:

Publicar un comentario