6 de mayo de 2011

Tentativas de un atardecer

Ahí se encuentra él, sentado junto a su ventana. El silencio existe en este entorno, lo único que se puede apreciar es el sonido de aquella percusión metalica en los techos. La lluvia es débil pero suficiente para impedir la salida de aquellos transeuntes. Poco a poco el cielo comienza a tornarse de color. Como si se hubiera pasado una tiza color pastel en las nubes. Un dulce lila mas el rosado bailan adornando el panorama. De nuevo, ahí se encuentra el. Admirando cómo los árboles danzan junto con el viento. Meneando las ramas como si estuvieran realizando el waltz. El aroma del café caliente invade las fosas nasales. En sus manos se encuentra una taza azul, una taza que contiene la bebida perfecta para este frío. Café recien chorreado, como lo hacía su padre. Tan solo tres pequeñas cucharaditas de azúcar y sin crema. Con cada sorbo sentía como le calentaba el pecho. Su interior se sentía cálido y diferente, como si no perteneciera. Un momento etéreo que existe tan solo cuando el tiempo se detiene y nada mas importa. Poco a poco la luz del momento desciende. Es necesario que los postes de alumbrado público enciendan. Una fuente de luz, lugar de reunion para todos aquellos insectos voladores. Ha descendido la noche y con ella siempre la acompaña el misterio. La taza ahora se encuentra vacía, y la lluvia continua creando música en los techos. Ha terminado un momento, pero ahora empieza uno nuevo.

R.A.Pastor

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